Creando tu rincón preferido

Cuando no se puede o no se quiere hacer grandes cambios en casa pero nos apetece darle un toque diferente, podemos elegir un lugar especial y darle mucho cariño con detalles creando tu rincón preferido.

Por ejemplo, a mí me gustan las fuentes. Me transmiten mucha calma porque me encanta el agua y poder oír el susurro en casa mientras desconecto es maravilloso. 

Fuente blanca de interior

Potenciemos esa sensación de calma, vamos a añadir más elementos para hacer ese rincón más especial.

Primero, tendremos en cuenta el tamaño de la fuente por si podemos colocarla en el suelo o sobre algún mueble y, también, dónde conectarla.

Segundo, piensa que actividad te gustaría hacer en esa zona. ¿Leer, meditar, pintar…? Supongamos que vas a leer y meditar. Para leer necesitarás un asiento cómodo, una mesa auxiliar, una alfombra y una lámpara. Para meditar añadiremos un cojín (si los utilizas), velas e incienso o cualquier elemento que requieras. 

Ya tenemos los elementos, ahora piensa en las emociones, las sensaciones que quieres que transmita ese lugar. Seguramente querrás que transmita calma, alegría, bienestar… esto lo podemos conseguir a través de los colores y texturas.

Los colores nos afectan directamente con su energía y tienen sus propias características. Para conseguir calma el verde es una buena opción, sobre todo los verdes suaves. Nos armonizan y aportan paz. Un color que nos aporta alegría es el amarillo, es muy vital y activa el cerebro por lo que deberemos escoger un amarillo muy suave para que mientras leemos o meditamos no nos distraiga de nuestro objetivo. Un tono crema o beige sería nuestra mejor elección. El color violeta es ideal para lograr sensación de bienestar ya que los malvas tiene efecto sedante y nos relajan.

Lo más fácil es trabajar con predominio de blanco para no sobrecargar la estancia, además, es el color más puro y nos viene ideal para nuestro propósito.  Ya podemos determinar nuestra paleta de color: Blanco, crema, verde y malva.

Para los elementos predominantes, como paredes y suelos elegiremos los tonos mas neutros, en este caso el blanco y el crema o beige (maderas suaves). De esta manera nos sirve de lienzo para el resto de elementos. Dependiendo de en qué medida te gusten el resto de colores aplícalos en elementos más grandes o en los más pequeños.

Vamos con las texturas. Buscaremos las de tacto suave para aportar confort al conjunto. Son convenientes de acabado mate ya que los brillos distraen e incitan a la actividad y no es nuestro propósito en este rincón.

Lo esencial es tener claro el objetivo de lo que queremos que transmita ese espacio y teniendo claras las sensaciones, emociones, sentimientos… haremos la selección de los elementos y crearemos ese rincón perfecto.

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